Para eliminar las impurezas y conservar el brillo y el frescor de la piel. Todas las mascarillas se aplican sobre la piel cuidadosamente lavada en una capa espesa y se deja actuar unos diez minutos. A continuación, la mascarilla se retira con agua tibia.
¿Un truco? Para optimizar las ventajas de la mascarilla, aplícala tras haberte realizado una exfoliación (como en el centro de estética).
TIPOS DE MASCARILLAS
Las mascarillas hidratantes: contienen activos hidratantes muy potentes (karité, aceite de germen de trigo, vitaminas) que revitalizan la piel con suavidad. Aunque son aptas para todo tipo de pieles, se recomiendan especialmente para las secas y apagadas.
¿La frecuencia? Una de vez en cuando, en invierno, cuando la piel sufre el frío y la calefacción; o después del verano, para compensar el daño provocado por el sol.
Las mascarillas purificadoras: compuestas esencialmente por arcilla y óxido de cinc, las mascarillas purificadoras corrigen los excesos de sebo, eliminan las impurezas y cierran los poros de la piel dejándola más sedosa. Con un uso regular, la tez se vuelve más brillante.
Aplica una capa de esta mascarilla durante unos diez minutos, evitando el contorno de los ojos y los labios.
Las mascarillas reafirmantes: compuesta por principios activos con efectos tensores que alisan y dinamizan, las mascarillas reafirmantes tienen un efecto lifting.
Algunos productos tienen un efecto rejuvenecedor inmediato y alisan totalmente la piel durante algunas horas (es perfecta para cuando sales de noche). Este tipo de mascarilla se aplica en una capa muy fina y se deja 3 minutos.
Las mascarillas calmantes: reservadas para las pieles sensibles y frágiles, generalmente están compuestas por aceites esenciales y plantas (manzanilla, rosa). Son muy hidratantes, disminuyen la sensación de tirantez e incomodidad, descongestionan y dejan la piel suave y relajada. Aplícala tantas veces como quieras en una capa espesa.
Según tu tipo de piel, varía la elección de la mascarilla, de su textura y de su modo de empleo.
Piel normal: Todas las mascarillas te van bien si tu piel te lo reclama.
Piel mixta o grasa: Debes eliminar el exceso de sebo de tu piel, por lo que lo mejor es utilizar mascarillas limpiadoras y purificadoras.
Piel seca o sensible: Por la fragilidad de tu piel, utiliza mascarillas hidratantes.
Fuente: enfemenino.com